¡Dios te ama y te necesita para amar!
 
La publicidad de esta página es ajena a mi, proviene del servidor. Disculpe los inconvenientes.
Dile que si
Origen y significado del año litúrgico
Cuaresma para niños
Pascua de Resurreccion
25 regalos del Niño Jesús
Adviento y Navidad para niños
=> Nacimiento, pesebre para colorear y armar
=> Manos a la obra
=> Dibujos navideños para colorear
=> Imágenes de Navidad
=> Al ritmo con Jesús
=> Brilla en esta Navidad
=> Tarjetas
=> Zona de juegos
=> Cuentos para navidad
=> La fiesta del adviento
=> Significado de la Corona de adviento
=> Prepara tu corona de Adviento
=> ABC navideño
=> Reflexión 2do dom. adviento
=> Juan el Bautista
=> San Nicolas
=> La prisa de la caridad
=> Estamos en adviento
=> Repetir el camino de María en nuestra vida
Vacaciones para niños
María, Madre de Dios
Sagrado Corazón
Para la familia
Octubre Los niños también rezan el Rosario
El Papa y los niños
Sagrada familia para niños
Semana Santa para niños
Película La Pasión
Don Bosco
Santisima Trinidad para niños
Rosario al Espíritu Santo
Celebración del Corpus Christi
Día de la Madre
La caridad y el amor
Recursos para catequistas
Videos de Jesús para niños
La Sagrada Biblia
Gente extraordinaria
Cancionero católico
Benedicto XVI
Juegos católicos
Año sacerdotal
Deja tu mensaje
Conocenos
Páginas amigas
Radiodiccionario online
Oraciones
Año nuevo distinto
Fiesta de todos los santos
Viva Cristo Rey
 

"Cierra las manos para orar, recuerda abrirlas para dar".

La prisa de la caridad

Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
La prisa de la caridad
La caridad de María es disponibilidad, pero para que pueda ser así es necesaria su presencia.
 
La prisa de la caridad
 
La prisa de la caridad


Probablemente a María le llevó tres días para ir de Nazaret al pueblo de su prima que está cerca de Belén, llamado Ain Karin.

Cuando una persona tiene un problema personal tiende a obsesionarse con él. Su mente es como una rueda que gira en torno al mismo centro. En estas ocasiones es más difícil pensar en los problemas de los demás y mucho más darles una prioridad.

María al aceptar la invitación de Dios de ser la madre de su Hijo, se complicó la vida. Ella estaba desposada legalmente con José el carpintero. El ser infiel a su compromiso matrimonial le podía acarrear la muerte. ¡Pensemos en el caso de la mujer adúltera que querían apedrear en el Evangelio de san Juan! De hecho José decidió repudiarla, pero en secreto, como consideraremos más adelante.

María no se hundió en su problema, sino pensó en el de su prima Isabel: iba a dar a luz a un niño siendo ella muy anciana. Hasta el día de hoy tal cosa causa bastante pavor a pesar de todos los adelantos médicos. Isabel corría riesgo de morir. María estaba más preocupada sobre la posibilidad de que su prima muriera a que ella misma sufriera la misma suerte.

Cuando entró en la casa de su pariente, ésta, bajo el influjo del Espíritu Santo, la felicitó por su fe: “Bienaventurada eres porque has creído en el mensaje que te fue dicho de parte del Señor”. No la felicitó por haber sido escogida por Dios para ganar la “lotería” mesiánica, sino por su fe en la palabra de Dios. ¡Qué impresión produciría una chica a sí que ya que hizo a los demás maravillarse de una cualidad interior de fe más que de la suerte de ser escogida para ser la madre del Mesías! Se puede apreciar que las cualidades espirituales de María fueron tan profundas que se transparentaban en su mismo rostro.

En esto podemos descubrir el sentido último de la misión de la mujer según el designio de Dios: ser como un “sacramento” o manifestación de Dios para los demás. ¡Qué diferencia entre María de Nazaret y muchas chicas de hoy en día que parecen vacías de toda riqueza humana y espiritual! Cuando la mujer se aparta de Dios y de su gracia, ella pierde incluso como mujer. La mujer debe tener a Dios “escrito” en su rostro, debe manifestar la ternura y la bondad con que Dios ama a la humanidad.

Si bien es cierto que debemos reconocer este esplendor espiritual de María, no debemos ir al extremo de considerarla como un ángel en la tierra. Su caridad hacia la prima fue muy práctica. Así como dijimos más arriba que para María creer fue decir “Aquí estoy”, para ella amar era también decir “Aquí estoy.” Con su actitud de ir a toda prisa a Ain Karín, ella estaba diciendo a Isabel “Tú puedes contar conmigo. Aquí estoy.”

La caridad en María es disponibilidad, pero para que fuese así era necesaria su presencia. No habría significado mucho que ella se hubiera quedado en Nazaret y sólo hubiera mandado una carta a su prima para felicitarla y decirle que esperaba que todo saliera bien.

Parece ser que esta caridad como presencia no brilla en el mundo como debería. Para mostrar solidaridad se mandan medicamentos y alimentos a zonas damnificadas, pero no es lo mismo que ir allí y estar entre la gente para ver que se les puede ofrecer.

El amor de una madre es en gran parte amor presencia. Lo que da seguridad a los niños es el pensamiento de que ella está ahí. También así es el amor de los esposos. Cuando el marido está tan ocupado en el trabajo que ya no tiene tiempo para estar en casa, trabajo que ya no tiene tiempo para estar en casa, comienza a amar por “control remoto”, pues piensa que si él se queda en la oficina hasta altas horas de la noche, es porque está ganando dinero para su familia. Sin embargo, está faltando el amor presencia.

La caridad de María es disponibilidad, pero para que pueda ser así es necesaria su presencia. ¡Cuánto daño hace la ausencia del amado en un matrimonio o en una familia!

 

2017529 visitantes ¡Dios te bendiga!
 
Jesús Vive
El propietario de ésta página no ha activado todavía el extra "Lista Top"!
 
La mayoría de imágenes han sido bajadas del internet, si hay algún problema con su publicación, favor avisarme para retirarla del sitio. En algunas puedes hacer click derecho y desde allí ver el lugar de origen. Gracias y disculpe los inconvenientes. jesustellamahoydilequesi@gmaill.com Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis