"Cierra las manos
para orar,
recuerda abrirlas
para dar".
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Gente extraordinaria
Como el Cirineo, llevando la cruz
con el ejemplo y la palabra
En un mundo cada vez más materializado, la labor del cristiano del siglo XX se asemeja a la que hubieron de realizar los primeros discípulos de Cristo. Como ellos, tendrá que transmitir la Buena Nueva con su ejemplo y con su palabra.
Nunca podremos conocer completamente en esta vida los efectos de nuestra actuación - el buen ejemplo o el escándalo causado - en las personas que han estado a nuestro alrededor. Hay una primera y esencial obligación para cualquier cristiano: actuar de acuerdo con su fe, ser coherente con la doctrina que profesa. "Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad asentada sobre un monte, ni se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que hay en la casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, de manera que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5, 14-16).
Sin embargo, no basta con el ejemplo. "Este apostolado no consiste sólo en el testimonio de vida. El verdadero apóstol busca ocasiones para anunciar a Cristo con su palabra, ya a los no creyentes, para llevarlos a la fe; ya a los fieles, para instruirlos, confirmarlos y estimularlos a un mayor fervor de vida"(17).
Esto no es una cuestión de "especialistas". El Concilio Vaticano II ha recordado la obligación que cada uno de los laicos tiene de hacer apostolado individualmente: "El apostolado que las personas singulares deben realizar, brotando abundantemente de la fuente de una verdadera vida cristiana, es la primera forma y la condición de todo apostolado de los laicos, incluso del asociado, y es insustituible. A tal apostolado, siempre y en todas partes fructífero, pero en ciertas circunstancias el único adecuado y posible, son llamados y obligados todos los laicos de cualquier condición, incluso si les falta la ocasión o la posibilidad de colaborar en las asociaciones"(18).
Las ocasiones en que ese apostolado puede realizarse son innumerables: en realidad, toda la vida ha de ser un continuo apostolado.
En esta sección, tendrás la oportunidad de conocer la historia de personas que viven el evangelio y lo predican con su vida.
Si deseas compartir la historia de alguien que conozcas, escribe a cindyramirezmurga@hotmail.com con el asunto Persona extraordinaria.
2011112 visitantes ¡Dios te bendiga!
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Jesús Vive |
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